Productividad
Encontrar el fino y sano balance entre el desempeño profesional y la vida familiar es como encontrar una perla en el desierto. Hay tanto escrito en este sentido que resulta muy reiterativo hablar del tema. Y, en consideración a lo que dice el refrán: “La gota labra la piedra”, tener una lectura resumida en este ámbito puede ayudar a entender al trabajador y a la empresa la importancia de aclarar políticas corporativas, así como aliviar tensiones personales cuando ese siente que por exceso de compromiso laboral no hay tiempo compartido con la familia, ya que toda persona que desea vivir de su trabajo y no trabajar para vivir puede experimentar en cierto momento las presiones laborales y familiares.
El conflicto sustancialmente se centra entre los roles que emergen por parte del empleado en su responsabilidad de cumplir con todas las exigencias laborales vs. su rol como parte de un sistema familiar que exige su presencia, ambos roles tienen hambre de tiempo. Por lo tanto, hablar de una conciliación de términos trabajo-familia suena cuerdo, sensato y oportuno, ya que alivia el conflicto que surge en los empleados y empleadores ayudando a reducir el riesgo de desvinculación laboral para buscar una mejor alternativa de trabajo que le permita existir y no solo subsistir.
Pues por demás conocido es, que el no dosificar el tiempo entre trabajo y familia genera conflicto a nivel individual y se relaciona con el estrés, se incrementan síntomas depresivos y ansiosos, surgen trastornos de abuso de sustancias, hipertensión, una baja en marcadores de satisfacción marital y laboral, incluyendo una afectación en el compromiso a nivel organizacional y en el desempeño del rendimiento. Esto es lo que enfrenta cualquier trabajador que vive este conflicto y no cuenta con apoyo familiar ni orientación social y/o profesional.
Surge entonces la pregunta dirigida a las organizaciones: ¿Será necesario que toda empresa piense en el cómo y cuándo debe promover el balance trabajo-familia dentro de la cultura organizacional? O será que estos conceptos son solo clichés, por lo tanto, no amerita generar este cuestionamiento dentro del ámbito empresarial. En resumen, cada quién responde en función a sus intereses, por lo que la pregunta y la respuesta se dejan al libre albedrío empresarial.
Equidad entre el trabajo y la familia
Por otra parte, es igualmente importante preguntar al empleado si realiza una división equitativa de sus tiempos entre trabajo y familia, ya que es muy personal la decisión de si se vive para trabajar o se trabaja para vivir. Una distribución justa del tiempo no desmotiva el compromiso ni el rendimiento y tampoco cuestiona el deseo de triunfar profesionalmente, ya que el triunfo profesional no se agarra de la mano del olvido del sí mismo y tampoco ignora el balance personal y laboral, al contrario, el triunfo en soledad es agridulce.
Sin buscar una postura zen al respecto y un tanto irreverente, pero concreto se puede afirmar que toda cultura organizacional que favorece el balance trabajo-familia obtendrá un mejor compromiso laboral por parte de los empleados, incrementando el rendimiento y las capacidades dentro de la organización.
Encontrar un balance entre la vida laboral y la vida familiar es conveniente, para tal efecto es imprescindible trabajar en un programa de recursos humanos que ayude a mantener ese sano equilibrio en los trabajadores. Es tiempo de pensar en la urgente necesidad de invertir y capitalizar en los recursos humanos empresariales y promover el desarrollo humano de las empresas.
En relación al tema y dentro de la sensibilidad del arte, tenemos el mural “La revolución imaginaria” de Diego de Rivera (1886-1957), que en la parte central sitúa a una familia y en la parte superior a los hombres trabajando en la industria. Como toda obra artística ofrece una amplia posibilidad interpretativa, de manera personal cuando observo este mural me llaman dos reflexiones, la primera sobre a la importancia del trabajo, así como la importancia de la familia, la segunda sobre lo primordial que son ambas para el desarrollo del ser humano co-creando una relación reconocida como mutuamente interdependiente y que al momento de ser motivo de análisis no pueden ser comprendidas de manera independiente.